domingo, 25 de enero de 2009

Cicatriz de enero

Ahora que el mundo se ha quedado quieto
-solos él y yo frente a este trasiego de luces-
que me perdonen los que están sin voz
y en el sonido buscan una estrella.

Los que atesoran lunas con las manos
y ven a dios en el perfil del miedo.

Que obseven esta sombra y la perdonen
aquellos que en la lengua resucitan
el resorte de un muelle que se oxida.

Porque, cuando se callan los que saben,
comienza el continente a ser terraza de enero.

Balcón que se recoge tras la niebla.
Cicatriz de una luz que no ve pasos.

2 comentarios:

faustino lobato dijo...

Precioso este poema. Magníficos estos versos que describen el lirismo del amor. Un abrazote. Tino

Carmen dijo...

Gracias, Tino... no he andado muy poética en estos últimos días, a ver si lo retomo... he estado liadísima y estresadísima...

Gracias por venir